10 oct 2011

Salud Mental desde una Perspectiva Humanista y Existencialista

Etimológicamente salud viene del latín salus, entendida como “el estado en que el ser orgánico ejerce normalmente todas sus funciones”(Davini, Gellon De Salluzi, Rossi 1968). No obstante “El concepto de salud esta perdido, porque no puede ser utilizado como único ni como uniforme, se lo debe relacionar con los aspectos individuales de cada persona” (Davini, Gellon De Salluzi, Rossi 1968). La salud no es solamente la ausencia de enfermedades sino el resultado de un complejo proceso de interacción entre factores biológicos, económicos, sociales, políticos y ambientales en la generación de las condiciones que permiten el desarrollo pleno de las capacidades y potencialidades humanas, entendiendo al hombre como un ser individual y social. La atención de la salud se ha centrado más en la recuperación y rehabilitación de cualquier enfermedad, que en la prevención de los factores de riesgo y la promoción de conocimientos, hábitos y estilos de vida que permitan y condicionen un desarrollo más saludable de las personas.


Es importante para el hombre una mirada interior, en la cual se busca el retorno a las cosas mismas, tomando como guía a la intuición fenomenológica; esto también para reconstruir el mundo interior de uno mismo. De esta manera la persona puede autocomprenderse y ser autónoma.  El hombre es un ser espiritual que se inicia con la realización moral, se desarrolla cuando trasciende y se consolida en las obras concretas que realiza. Este ser espiritual se sirve del cuerpo para lograr su proyecto de vida. El ser humano está en una constante actualización, tiene una tendencia innata hacia los niveles superiores de su salud y realización personal. Esta tendencia es la naturaleza intrínseca del hombre que incluye la tendencia a sobrevivir, a desarrollarse corporal y espiritualmente, a amar, a la satisfacción de sus necesidades, a la sexualidad, al reconocimiento del yo, a la trascendencia, a la actuación creadora, a la autorrealización, a la integración y mantenimiento del orden interno.  



En el ámbito clínico, por mucho tiempo se ha homologado el concepto de salud mental con el concepto de enfermedad mental, así cuando se piensa y planifica en salud mental, las propuestas y proyecciones empiezan y terminan en enfermedad mental; también se han utilizado los criterios de la medicina tradicional para referirse a la salud mental (Dávila, 1994).

En la psiquiatría se considera que la salud mental “es el estado de equilibrio y adaptación activa y suficiente que permite al individuo interactuar con su medio, de manera creativa, propiciando su crecimiento y bienestar individual, y el de su ambiente social cercano y lejano, buscando mejorar las condiciones de la vida de la población conforme a sus particularidades”  (Vidal, y Alarcón, 1986). 

En psicología cuando se habla de salud mental se la entiende como un “estado relativamente perdurable en el cual la persona se encuentra bien adaptada, siente gusto por la vida y esta logrando su autorrealización. Es un estado positivo y no la mera ausencia de trastornos mentales”. También se considera un estado normal del individuo (Davini, Gellon De Salluzi, Rossi, 1968).

En este sentido la salud mental tiene que ver con la vida diaria de todos, se refiere a la manera como cada uno se relaciona con las actividades en general en la comunidad; comprende la manera en que cada uno armoniza sus deseos, anhelos, habilidades, ideales, sentimientos y valores morales con los requerimientos para hacer frente a las demandas de la vida. La salud mental depende de: cómo uno se siente frente a sí mismo, cómo uno se siente frente a otras personas, y en que forma uno responde a las demandas de la vida, cada individuo es un mundo diferente el cual piensa, siente, opina, percibe de múltiples formas aun compartiendo creencias, comportamientos, aptitudes etc... de manera universal y cultural. 


El abordaje de la psicología humanista-existencial respecto a la salud mental es de modo integral, considerando los aspectos físicos, psicológicos, sociales y espirituales como un todo. Se ve al hombre como un todo; pero al referirse a la salud mental, se enfatiza en los aspectos positivos de las personas, sin que los síntomas impliquen un impedimento. La salud mental parte de la tendencia a la actualización que cada ser humano tiene, tendencia al desarrollo personal de uno mismo, cada uno se desarrolla de acuerdo a sus posibilidades y potenciales. Es salud mental seguir esta tendencia a la realización por medio del yo.




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